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El Río Aguapey lugar de encuentro entre la producción y la naturaleza en los campos correntinos

Alejandro Diego Brown, Fundación ProYungas

El Río Aguapey desemboca en el Río Uruguay y drena las aguas de gran cantidad de esteros y lagunas del centro-este de la Provincia de Corrientes en la Mesopotamia argentina. Quizás por esa función de drenar humedales, ricos en vegetación acuática sea el origen de su nombre, la versión guaraní del camalote o Jacinto de agua.

Este río que navegamos por espacio de unos 60km está bordeado de selvas en galería y pastizales inundables que va regando en su devenir fuertemente divagante. Sus aguas, ahora muy bajas como reflejo de la sequía reinante en la región, pueden verse incrementadas rápidamente con el aporte de lluvias locales. Esta dinámica de sequías e inundaciones es en parte la responsable de su rica biodiversidad. Yacarés, carpinchos, lobitos de río pueden verse fácilmente si uno se traslada en silencio, señal de una presión de caza intensa pero que mantiene aún su potencial natural casi intacto.

Más allá de sus orillas boscosas dominadas por ingaes y laureles, se divisan campos de pastoreo y plantaciones forestales, dos actividades productivas que caracterizan esta zona de Corrientes y de nuestro país. Un espacio que vincula los valores naturales con aquellos provenientes de la actividad humana y qué en este caso, redunda en un esfuerzo consiente de su preservación.

Navegar el Aguapey es deslizarse suavemente por un lecho de aguas amarronadas, lentas como corresponde a un río que atraviesa enormes planicies, a veces sorprendidos por los saltos de sábalos y dorados, por los bigüaes, garzas de varias especies, martín pescador (en sus 3 especies), caraos, cigüeñas, chajaes y muchas especies más, que vamos descubriendo detrás de cada recodo que genera el río, hasta que llega la hora de acampar en alguna de sus nutridas y hermosas playas de arena brillante.

Sin duda el Río Aguapey es uno de los ríos que merecen atención en el norte argentino, río que son “cintas de vida”, que nutren con sus aguas sistemas altamente biodiversos, inmersos en una matriz productiva que los contiene y que amortigua los impactos de una sociedad que muchas veces exige más de estos ecosistemas de lo que los mismos pueden proveer.

Los bosques, los glaciares, los humedales han despertado el interés de una sociedad sensible a los temas ambientales, asumiendo que la salud de los ecosistemas es la salud de ella misma, y en parte es así. Los ríos han sido hasta ahora los ignorados por esta sensibilidad y es necesario revertirlo. Los ríos proveen muchos servicios vitales a los humanos y son a su vez la garantía del mantenimiento de altos valores ambientales.

Pero el Río Aguapey es aún algo más, es la posibilidad de generar un espacio de encuentro entre varios tipos de uso de la tierra que generan riqueza económica, pero que también pueden generar riqueza de vínculos entre los humanos y entre ellos y la naturaleza en lo que llamamos “Paisajes Protegidos Fluviales”, un concepto que pone en el centro al río mismo y a las actividades humanas que a escala de paisaje asocian los valores ambientales con los productivos en un esfuerzo colectivo de conservación. Confiamos que el Río Aguapey, como su propio nombre lo indica, sea un “camalote de esperanza” que vaya llevando el mensaje del encuentro posible entre productores, ambientalistas y gobernantes, indispensable para planificar sustentablemente nuestro futuro.

Por ProYungas - 12 / 10 / 2022