Turismo
Un paseo más accesible para descubrir el Cerro San Javier en la provincia de Tucumán
Contexto.- El Parque Sierra de San Javier, creado en 1973 y administrado por la Universidad Nacional de Tucumán, está situado sobre la sierra San Javier, a sólo 15km al oeste de San Miguel de Tucumán, lo que le otorga un valor agregado por lo rápido y fácil que resulta llegar a él.
El Parque abarca 14.174 ha, lo que representa el 74% de la sierra, y se complementa en sus objetivos de conservación con el Parque Provincial Aconquija y con la Reserva Experimental de Horco Molle, con los que limita hacia el sur y el este, respectivamente.
Su relieve montañoso varía entre los 650 y los 1.876 m s.n.m, protegiendo ecosistemas de bosques nublados (Selva Montana y Bosque Montano) y de pastizales de neblina, todos dentro de la ecorregión de las Yungas, así como también bosques chaqueños serranos. Más información en la Guía Visual Áreas Protegidas de Tucumán.
Nuevas actividades turísticas para una puesta en valor del área protegida
¿Estás preparado para que el sol te acaricie la frente, para empezar a respirar aire fresco, para sumergirte como en un túnel rodeado de enredaderas, árboles, flores y el canto de los pájaros? La magia está cerca y no es más que la naturaleza que nos rodea, esa por la que alguna vez fue motivo para que Tucumán sea llamada “El jardín de la República”. Y lo mejor es que nadie tiene privado el paso al cerro tucumano, y una puerta de entrada es el sendero del funicular, que ha sido renovado por un convenio entre el Ente Tucumán Turismo y el Ministerio de Turismo de la Nación.
Este paseo recorre lo que fue un tendido ferroviario (funicular es un tren eléctrico) construido entre 1948 y 1955, con el objetivo de unir dos núcleos universitarios: el de Horco Molle y San Javier. Su extensión es de unos 6 kilómetros, con seis viaductos, pero sólo está habilitado 2.5 kilómetros. Por estos días se puso en valor el lugar y se construyeron dos puentes sobre sectores del tendido del funicular (ya hay un proyecto en marcha para realizar dos puentes más). Antes, bajo esos lugares sólo se veía el curso del arroyo y la mayoría de los visitantes sin vértigo apreciaba el paisaje desde los durmientes.
“La zona rural se está convirtiendo en metropolitana. Y la urbanización se está acercando al cerro. Esto generó un cambio: cada vez tenemos más visitantes, hasta familias enteras, que se acostumbran a usar el cerro. Ante esto tenemos que generar otros soportes físicos”, explica el porqué de esta renovación del sendero Julio Martensen, jefe del departamento de Educación Ambiental del Parque Sierra San Javier, administrado por la UNT. Además de la instalación de puentes, se renovaron los paneles interpretativos y se sumaron cestos para residuos.
El objetivo de este proyecto, de la puesta en valor, enmarcado en el Programa Ecosendas, es crear un producto que fortalezca y diversifique la oferta existente vinculada al ecoturismo, aprovechando las bondades del variado paisaje, informaron desde Turismo local. El mismo fue financiado por el Programa Nacional de Inversiones del Ministerio de Turismo de la Nación y el Ente Tucumán Turismo.
Los primeros pasos
Al funicular se llega por la ruta 339, y el ingreso es en la esquina del CAPS de la zona de Horco Molle. En la entrada hay carteles que indican qué se puede hacer y qué no: podés caminar, hacer un picnic, pero no circular en bicicleta, por ejemplo. De hecho, a lo largo de todo el camino se cruzan troncos de laureles ubicados a propósito para que no pasen los ciclistas, ya que es un camino exclusivo para trekking.
Apenas se cruza el río muerto, comienza el sendero del funicular, que tiene una dificultad baja (con una pendiente suave) y el tiempo de recorrido es de una hora (idea y vuelta). En la cartelería, se informa al visitante que puede cruzarse con ecosistemas contrastantes de selvas de montañas o yungas y ambientes de bosque chaqueño, como así también las más de 200 especies de aves, corzuelas, pecaríes y felinos.
Al principio de la senda, de entre la yunga, se pueden observar especies exóticas, como naranjos, nísperos y otros tipos de árboles con ramilletes de flores rosas, que fueron plantados por los trabajadores del proyecto universitario inconcluso. Y esa mano del hombre también se va descubriendo a través de restos de máquinas “olvidadas” en algunos rincones, o de las cañerías que llevan agua hacia la ciudad.
En verano es común que los aventureros bajen del camino para refrescarse en el arroyo “Las conchas”. Pero ojo: es recomendable no salirse del camino porque es muy fácil perderse, resalta Rubén de la Orden, director administrativo del Parque. “Tenemos un plan de búsqueda y rescate muy aceitado. Tenemos bases de guardaparques en Horco Molle, San Javier y Las Tipas. Y además, en diferentes sectores del cerro hay señal de celular, así que los que se pierden pueden llamar al 911 o al 103 (Defensa Civil)”, indicó de la Orden.
Este espacio turístico que regala la naturaleza también sufre de amenazas: el vandalismo de algunos visitantes que arrojan basura o destrozan la cartelería, y el tráfico de aves (según confiesan los guías, “se lucha constantemente contra los que instalan trampas para aves”).
El paraíso está cerca. ¿Estás listo para hacer tuyo -y de manera responsable- el cerro?
RECOMENDACIONES
• El horario de ingreso a los senderos es desde las 7 hasta las 19. El costo es de $ 10.
• Llevá zapatillas con agarre y abrigo en capas.
• No está permitido recolectar plantas, tierra, rocas o troncos.
• La línea 100 te deja frente al CAPS.
Inauguraron 500 metros de tirolesa en San Javier
Hay muchas maneras de conocer el Parque Sierra San Javier, que tiene unas 14.174 hectáreas. Una de ellas se estrenó ayer y está orientada a los aventureros más audaces. Se trata de tres tramos de tirolesa (de 200, 50 y 250 metros respectivamente), cuya entrada se encuentra a unos metros antes de llegar al hotel Sol San Javier (frente al puesto de Vialidad).
Según comentó Ariel Fara, de Yungaventura, el primer tramo cruza una quebrada con una altura máxima de 80 metros sobre un bosque de cedros; el segundo, recorre una quebrada menos profunda, que es un bosque de helechos; y la tercera costea una ladera repleta de laureles y cebiles. La vuelta completa -agrega- comprende también unos 200 metros de senderos dentro de un bosque donde se puede apreciar diferentes especies, como caranchos, jotes, pavas del monte, reinas mora, chalchaleros, urracas azules y muchísimas especies más. la vuelta se completa en 20 minutos.
Esta es la inauguración de una primera etapa, que consta de 3 juegos (tirolesas), aunque se proyecta que se extienda a seis trayectos más previstos para la temporada de verano. “Lo pueden hacer personas de 4 años en adelante, sin límites de edad, mientras puedas caminar y manejar sus brazos. No es necesario hacer fuerza y la posición es sentado y bastante cómodo”, comenta Fara.
Fuente: Diario La Gaceta

