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Ganadería y naturaleza en el Gran Chaco Americano

Alejandro D. Brown, Fundación ProYungas, Asunción Paraguay, Octubre 2025.

En estos días se desarrolló un nuevo Encuentro Mundial del Gran Chaco Americano (EMCHA 2025), organizado por Redes Chaco, se eligió la Ciudad de Filadelfia en Paraguay, un enclave Menoinita del Chaco Central, una región dominada, como en muchas partes del Gran Chaco, por la actividad ganadera y agrícola, con un nivel de desarrollo económico como posiblemente ninguna otra región del Gran Chaco.

Los Menonitas llegaron a esta región hace unos 100 años, desde Ucrania y otros países del norte de Europa. Cambiaron el frío riguroso por el calor riguroso, y en estos climas extremos supieron salir adelante, no sin grandes sacrificios y pérdidas muy importantes. Pero al igual que con las poblaciones indígenas con quienes se encontraron al adentrarse en el Chaco, supieron adaptarse y salir adelante, lentamente al principio hasta alcanzar la vertiginosidad del presente.

Primero fue la agricultura de supervivencia y la fauna nativa brindó las proteínas necesarias. Luego vino la ganadería intensiva, tanto para productos lácteos y carne, que los ha llevado a ser los principales productores del país y destinar parte de ello a la exportación, a Europa y otras regiones. Ello implicó habilitar grandes extensiones de bosques y pastizales naturales a la producción de pasturas, quedando remanentes de bosques en áreas marginales, cortinas rompevientos y áreas deprimidas. Este mosaico de unidades productivas y ambientales, donde dominan las primeras, no obstante, mantienen una muestra completa de la biodiversidad original. El ganado convive, muchas veces con conflictos, con una naturaleza que puja por sobrevivir y que es periódicamente monitoreada generando la base de información biológica más importante existente sobre la región.

Como sucede en muchas partes del mundo, las formas de producción y de interacción con la naturaleza, van cambiando con los tiempos, la tecnología, la infraestructura, los pensamientos filosóficos, la ideología, van generando pautas y formas de ver la vida que requieren de diálogos, intercambios y desarrollo de confianza para llevarlos a cabo.

Por eso recalco la importancia de haber seleccionado este lugar para este nuevo Encuentro Mundial, porque justamente se desarrolló en uno de los principales enclaves productivos de la región y una zona con una imponente historia de integración, sacrificio y superación colectiva. En este marco se organizó desde WCS-Paraguay y la cooperativa agropecuaria de Neuland, una jornada de salida al campo y discusión en taller sobre resultados productivos y de conservación de la naturaleza, que nos permitió compartir, y porque no evaluar, el resultado de toda esta historia de integración institucional y humana entre personas con intereses que pudieran pensarse como antagónicos, pero que en realidad son necesariamente complementarios. Porque la naturaleza que eficientemente protegeremos es la que está indisolublemente unida con actividades productivas sustentables, que comprende la interdependencia entre ambos. Producir y conservar, tal es el objetivo del programa de Paisaje Productivo Protegido (PPP) al que está adherido este importante emprendimiento productivo.

Llegar a este entendimiento (Cooperativa Neuland) no es mágico, requiere acercamiento, valorar el esfuerzo del otro, buscar soluciones razonables y creativas a los problemas que de común acuerdo se identifican. Es decir crear una atmósfera de trabajo en equipo basado en la confianza y en la información de calidad que se va generando.

Que productores, organizaciones de productores, funcionarios de la cooperación internacional y organizaciones ambientalistas podamos intercambiar visiones, experiencias, escuchar al otro, poner en valor lo que se merece y ver en el territorio el resultado tangible de este esfuerzo, es una gran satisfacción. Seguro que estas acciones pueden y deben mejorarse, pero ello sólo se podrá llevar adelante en un clima de mutuo respeto y entendimiento. El futuro demanda apertura mental y entender los nuevos paradigmas que una Sociedad mayormente urbana reclama. Más naturaleza, bienestar animal, biodiversidad, ocuparse del cambio climático y entender que la salud humana y del planeta es una sóla.

Cómo siempre el Gran Chaco nos enseña que ahí donde hay una gran dificultad, hay también una gran oportunidad.

Por ProYungas - 6 / 10 / 2025