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La producción azucarera atrae a los turistas

El museo informa sobre la historia y la cultura en torno de los ingenios. Recreación de El Familiar. Un mapa para armar.

El parque 9 de Julio es un paseo ineludible para los turistas que visitan la provincia. Y dentro del predio, el mayor atractivo es la Casa del Obispo Colombres, donde funcional el Museo de la Industria Azucarera. Ayer ingresó una gran cantidad de turistas, de diferentes puntos del país, sobre todo, del sur (provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba), especialmente durante la mañana.

Les llama poderosamente la atención el hecho de que la casa quinta se encuentre tan bien conservada, y muestran mucho interés en conocer sobre cómo se desarrolló la industria azucarera en Tucumán, según informó a LA GACETA la directora del museo, Laura Morales.

Muy cerca de la casa se encuentra el primer trapiche azucarero que hubo en Tucumán, que está construido en madera de quebracho. Es lo que quedó de la fábrica que el obispo Colombres había hecho instalar en la provincia.

La casa cuenta con cinco salas a través de la cual se brinda un panorama de la historia y la cultura tucumanas. Allí se ofrece información sobre los procesos para la producción del azúcar, la política en relación a la actividad azucarera, los pueblos que nacieron en torno de los ingenios, los personajes que fueron protagonistas de la historia de la industria azucarera y de la Casa del Obispo Colombres, y la cultura en relación a la actividad azucarera.

Tecnología

El museo fue habilitando nuevos espacios y también incorporó tecnología que permite mostrar contenidos audiovisuales que abarcan los movimientos sociales y obreros, los hechos políticos y culturales vinculados con la industria azucarera y la evolución de esta desde su origen, que era artesanal, hasta la actualidad.

Hay una instalación sonora que recrea el mito del perro “el familiar” y un espacio de historia oral donde el público puede dejar grabadas anécdotas que luego se publicarán en la web del museo.

También se colocaron tablets con testimonios de personalidades relacionadas con los distintos aspectos de la producción azucarera.

En el primer piso de la sala nueva se instaló un mapa de la provincia, que es una fotografía satelital y, por otro lado, piezas moduladas de un mapa geopolítico de Tucumán para armarlo arriba del que está en el piso. Esta es la actividad preferida del público infantil.

Por otra parte, la casa constituye uno de los testimonios más antiguos de la arquitectura del siglo XIX en Tucumán. El conjunto, originalmente formado por tres construcciones en U, actualmente conserva solo el cuerpo principal y uno de los laterales. Estaba construido en un medio que, por aquellas épocas, era totalmente rural. Tenía un patio central rodeado por los tres pabellones, al que llegaban las carreras con caña de azúcar.

La casa, durante casi todo el año cierra los lunes, pero en julio, que es temporada alta, abre todos los días sin excepción.

Fuente: Diario La Gaceta

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