Institucional
Travesía del Confín: 5000 km de estepas, bosques e islas del extremo sur patagónico (*)
Por: Alejandro D. Brown, Fundación ProYungas
Como es tradición en ProYungas continuamos explorando y conociendo los grandes espacios geográficos donde aún reina la naturaleza y donde las actividades humanas están inmersas en un paisaje predominantemente silvestre.
En esta oportunidad a inicios del año recorrimos lugares icónicos de nuestra geografía patagónica, iniciando nuestro viaje en Bariloche y finalizando en la misma localidad 30 días después. Recorrimos la Meseta de Somuncurá en Río Negro y Chubut, la estepa santacruceña, Península Mitre en Tierra del Fuego, la Isla de los Estados y finalmente el poco conocido Parque Nacional Perito Moreno en la provincia de Santa Cruz. Todos sitios que ponen de relieve la historia humana por colonizar espacios y las fuerzas de la naturaleza que condicionan y limitan esa ocupación.
-La Meseta de Somuncurá, un espacio de más de 2 millones de hectáreas, dominado por un paisaje basáltico reflejo de una intensa actividad volcánica en el pasado lejano que implicó un período temporal dilatado que va desde 40 a 5 millones de años atrás. Su nombre que deriva del idioma tehuelche significa “piedras que suenan”, por el sonido del viento al rozar las piedras basálticas modeladas en sus estructuras por repetidas ingresiones marinas antes de elevarse la Meseta que actualmente supera los 1000 msnm. Esta vasta región de territorio árido situada al centro –sur de la provincia de Río Negro y una parte en Chubut, por su peculiar historia geológica y su naturaleza aislada alberga una cantidad de especies endémicas o exclusivas de la región, lo que motivó su declaración como Reserva Provincial en Río Negro (1.6 millón de hectáreas) y las intenciones de darle un rango nacional como Parque Nacional. Pero no sólo son sus endemismos, sino que este espacio vacío de actividades humanas (las mismas sólo ocurren con cierta intensidad en la periferia) es un refugio de importantes especies patagónicas como los guanacos, suris, peludos, vizcachones, etc. En definitiva, su enorme superficie, sus peculiaridades biológicas, su historia geológica y su reducida a casi nula presencia humana, ameritan darle un destino asociado al turismo y la conservación de la naturaleza.

-La estepa santacruceña, domina el paisaje de una de las provincias más extensas de la Argentina con casi 25 millones de hectáreas y también una de las más deshabitadas con 1.5 hab/km2. Esta vasta superficie posee sus bosques a lo largo de la Cordillera de los Andes, gran parte de los cuales están incluidos en diversos y grandes Parques Nacionales. Al contrario de los bosques gran parte de la estepa santacruceña está marginalmente protegida e inmersa en grandes espacios productivos, en gran parte sub-ocupados en la actualidad. Estos grandes espacios donde otrora se dio una intensa actividad ganadera principalmente ovina, hoy en día con el guanaco como emblema, lucen en su silvestría añorando ese pasado de vinculación activa entre la producción y la conservación del paisaje patagónico que aún impera en algunos sitios. Es deseable que Santa Cruz recupere ese pasado ganadero en una coexistencia creciente con otras formas de uso del territorio como es el turismo y la generación de energías renovables que tienen al viento como su principal recurso.
-Península Mitre, en el extremo sudeste de la Provincia de Tierra del Fuego es otro de los grandes espacios deshabitados de nuestro país, en este caso dominado por turberas, mallines y parches de bosques templado-fríos. Sin duda uno de los sitios más extremos de nuestra geografía continental, habitado por muy pocas personas y dispersos grupos de ganado bagual u orejano, resultados de varios intentos en el pasado de generar opciones productivas entre las que se cuentan la introducción de castores (desde Canadá en 1946), con el objetivo nunca alcanzado de instalar una industria peletera local. Como toda isla, esta región ha visto la introducción de numerosas especies además del castor y el ganado asilvestrado, se anotan los conejos, la rata almizclera, los perros asilvestrados, además del zorro gris y peludos desde el continente.
Península Mitre con sus más de 300.000 hectáreas cuenta con algunos instrumentos provinciales de protección siendo un objetivo su declaración como área protegida provincial, habiendo algunas gestiones (resistidas localmente) para su consideración a nivel nacional. Esta enorme superficie silvestre está rodeada de importantes emprendimientos tanto forestales como ganaderos que son una contribución efectiva también a la protección de la naturaleza fueguina. Es deseable una articulación entre estos emprendimientos de producción sustentables con estos otros objetivos de conservación de la naturaleza, en un espacio donde el extremo climático obliga a considerar la vulnerabilidad ecosistémica asociada a la necesidad de generar opciones económicas locales.

-La Isla de Los Estados, situada en el extremo sudeste de Tierra del Fuego, está separada por 24km del Estrecho de Le Maire, un estrecho emblemático por sus corrientes marinas y fuertes vientos que lo ha colocado como uno de los sitios más peligrosos del mundo para su navegación, reflejado en cientos de naufragios a lo largo de la historia. Esta isla de un poco más de 50.000 hectáreas está habitada por una dotación de la Marina Argentina que hace base en Puerto Parry ubicado al fondo de un fiordo que hay que atravesar para llegar a la playa. Es una isla montañosa y escarpada cubierta por bosques de guindo y canelo y un suelo formado por turba cubierto por musgos, hepáticas y líquenes, lo que refleja la extrema humedad del mismo. Los primeros viajeros europeos (la isla era visitada y habitada por canoeros fueguinos anteriormente) introdujeron cabras y más recientemente al ciervo colorado que desarrollaron importantes poblaciones. Accedimos a la misma en un barco de la Armada (AVES) y descendimos aprovechando las maniobras de recambio de personal y renovación de provisiones y combustible, tarea que se repite cada 40 días. Si bien la estadía fue breve nos sirvió para hacernos una imagen del lugar y de las condiciones climáticas extremas que imperan en la isla. Se aprovechó el viaje también para buscar a un grupo de científicos que estaban realizando una campaña de determinación del daño ocasionado por las especies exóticas en la isla. Este espacio increíble de nuestra geografía es considerado un espacio de naturaleza protegida a nivel nacional y provincial.

Puerto Parry, Isla de los Estados 
Desembarcando el relevo, Puerto Parry, Isla de los Estados 
Puerto Parry y fiordo de entrada a la Isla de los Estados
-Parque Nacional Perito Moreno, este Parque Nacional que no debe ser confundido con el Glaciar Perito Moreno ubicado en el PN Los Glaciares, ni con la localidad santacruceña de Perito Moreno, está ubicado al noroeste de la Provincia de Santa Cruz con una superficie de más de 140.000 hectáreas de estepas y bosques andino patagónicos. Sin duda es el más agreste de los Parques patagónicos y se está convirtiendo, junto con El Chaltén (en el PN Glaciares), en la meca de los amantes del senderismo y de la observación de la naturaleza prístina. Además de estar lejos de poblaciones, su acceso está a 90 km de la ruta 40 por un camino enripiado en buen estado pero que sin duda demora la llegada al Parque. Está organizado para ofrecer lugares para acampar y refugios rústicos que facilitan la visita y el disfrute de su imponente geografía y la abundancia de su fauna silvestre tanto terrestre como acuática. Sin duda en la actualidad es el Parque que mejor protege la estepa patagónica, evidenciado por las abundantes poblaciones de guanacos por doquier.
Como todas las Travesías que organizamos desde ProYungas, esta ha colmado las expectativas y una vez más nos permitió adentrarnos en la naturaleza patagónica, una naturaleza salvaje e inmensa que dio espacio a diversas actividades humanas extensivas, cuyas huellas están improntas en sus paisajes. Esperamos que el futuro encuentre a esta región como uno de los espacios mejor conservados del mundo y con sistemas productivos pujantes inmersos en esta infinita matriz silvestre participando en su conservación.
La gestión de estos grandes espacios silvestres requiere superar la mirada sectorial para centrarse en una mirada más holística a escala de gran paisaje, donde la naturaleza y las actividades humanas coexistan y se promuevan mutuamente. Hoy la Sociedad espera más acciones ambientales, pero también la naturaleza requiere del aporte de los sistemas productivos a su conservación. Como antaño es esperable que el futuro patagónico marque ese rumbo sobre estas vastas extensiones que invitan a la contemplación, el disfrute, pero también al compromiso y la responsabilidad sobre estos territorios únicos y muy bien conservados aún.
(*) La Travesía del Confín fue realizada por Alejandro D. Brown y Daniel Ramadori y contó con el apoyo local del Dr. Federico Kacoliris (CONICET/UNLP), Vanesa Tossenberger de Fundación CETHUS, Guillermo Martinez Pastur (CADIC/CONICET), Ricardo Hlopec y de la Familia Matteneut en Ushuaia (Marta, Claudio y Francisco). El viaje a la Isla de los Estados fue facilitado por la Armada Argentina, por el Contraalmirante Marcelo Dalla Nogare, Comandante del Área Naval Austral sito en Ushuaia y el Contralmirante Contador Juan José Palermo.




